Los cerebros de las personas obesas dejan de responder a las señales que las ayudan a sentirse llenas después de comer ciertos nutrientes, según un nuevo estudio.
El estudio sugiere que la obesidad puede dañar permanentemente la capacidad del cerebro para procesar señales que hacen que las personas se sientan satisfechas y llenas después de comer alimentos con alto contenido de azúcar y grasa.
Cuando una persona come el estómago y los intestinos envían señales al cerebro informando la presencia (recepción) de nutrientes. Es un proceso que, según los científicos, es fundamental para regular comportamiento alimentario. Un nuevo estudio encontró que en personas con obesidad, la capacidad del cerebro para responder a estas señales se reduce significativamente.
Los investigadores han estudiado cómo responde el cerebro a dos tipos de nutrientes: azúcar y grasa – en personas con un índice de masa corporal de 25 o menos, considerado un peso saludabley en personas con IMC de 30 o más considerado obeso.
Los científicos utilizaron sondas de alimentación para enviar azúcar o grasas directamente al estómago de los participantes y luego examinaron las reacciones químicas del cerebro a estos alimentos utilizando imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI).
El estudio mostró que en personas con un IMC más bajo, la suplementación con azúcar y grasas provocó una disminución de la actividad en varias regiones del cerebro involucradas en la regulación del hambre. Sin embargo, personas obesas, no encontraron ninguna reacción del cerebro por estos nutrientes.
«Fue asombroso», dijo la autora principal del estudio, Mireille Serli, profesora de gastroenterología, endocrinología y metabolismo en la Facultad de Medicina de Yale. “Pensábamos que las personas delgadas y las personas obesas reaccionarían de manera diferente, pero no esperábamos tal falta de cambios en la actividad cerebral de las personas obesas”, dijo el experto.
Para ver si es posible revertir la falta de respuesta cerebral en personas obesasLos investigadores pidieron a los participantes obesos del estudio que siguieran un programa de pérdida de peso durante 12 semanas. Incluso aquellos que han perdido al menos el 10% de su peso corporal la falta de respuesta cerebral al azúcar y la grasa se mantuvo constante.
La ventaja del estudio es que los científicos inyectaron los nutrientes directamente en el estómago, evitando la posibilidad de que la reacción del cerebro puede depender del sabor de la comida, dice Samuel Klein, profesor y director del Centro de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina de Washington de la Universidad de Nueva York, que no participó en el estudio. “Los resultados muestran que los cambios en la forma en que el cerebro responde a la ingesta de nutrientes en las personas obesas puede contribuir a la ingesta alta de calorías que causa la obesidad y la recuperación de peso después de la pérdida de peso inducida por la dieta‘, dice el Dr. Klein.
Los resultados se publican en la revista científica Nature Metabolism.
Recuerde, como escribimos anteriormente, apareció en el mercado un medicamento inyectable que ayuda a combatir la obesidad, «apaga» el hambre (reduce el apetito). Todas las estrellas de Hollywood adelgazaron con él (e incluso Elon Musk, que no dudó en admitirlo). Sin embargo, ahora los científicos del instituto que produce semaglutidase encargó de encontrar el «punto en el cerebro» que apaga el apetito para desarrollar medicamentos destinados únicamente a la pérdida de peso.
¡Atención! ¡El medicamento es recetado por un médico después de un análisis y diagnóstico cuidadosos! Recuerde, la automedicación es peligrosa.
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