El italiano que se apuntó a la vacunación esperaba sinceramente poder recibir una vacuna contra el coronavirus en un brazo artificial.
Contó sobre un incidente curioso Piamonte Alberto Chirio, cabecera del municipio italiano de Biella. Un hombre de cincuenta años llegó al centro de vacunación y le ofreció una mano de silicona a una enfermera para que se la inyectara.
Su área abierta era visualmente muy similar a la real, sin embargo, la trabajadora médica sospechó de un engaño y pidió que le abriera la mano por completo. El estafador expuesto intentó resolver la disputa pacíficamente, pero a pesar de sus solicitudes, la enfermera llamó a la policía.
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