El ministro de Justicia griego, Kostas Tsiaras, tendrá que decidir si el serbio debe ser extraditado a Croacia, donde es buscado por presuntos crímenes de guerra cometidos en 1991 durante la sangrienta desintegración de Yugoslavia, o a Serbia, que presentó una solicitud similar en octubre.
El ciudadano serbio de 59 años fue arrestado a fines de junio después de cruzar la frontera, en el cruce fronterizo entre Grecia y Macedonia del Norte, cuando se dirigía a un centro turístico en el norte de Grecia con su esposa e hija. Se le acusa de participar en las acciones que provocaron la muerte de civiles del 19 de agosto al 14 de diciembre de 1991 en las ciudades croatas de Vochin y Hum.
El jueves compareció ante la Junta de Apelación de Tesalónica, donde dijo que prefería ser extraditado a Serbia.
En su primera audiencia en un tribunal griego en julio pasado, dijo que era un recluta del ejército yugoslavo, pero negó haber actuado mal. Su abogado dijo que su cliente no tendría un juicio justo en Croacia porque sería «sacrificado en el altar de la conveniencia política y el revanchismo». Sin embargo, el tribunal aprobó su extradición a Croacia y el Tribunal Supremo del país confirmó esta decisión.
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