03.05.2024

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Beneficios psicológicos de vivir cerca del mar


Una casa junto al mar es el sueño de muchos. Un paseo por la playa es el mejor calmante para el estrés que aclara la mente. Esta sensación de bienestar y paz nos invade cada vez que el ojo ve el color azul.

¿Es realmente así o simplemente te lo parece a ti? Obviamente el primero. Al contactar con el mar (visual o físico), lago o río, se encuentran beneficios beneficiosos. Y la sensación de recuperación de fuerzas no es accidental. Aquí hay algunas muy buenas razones para esforzarse por ver la mayor cantidad posible del espectro azul.

De hecho, durante la época victoriana, los médicos recomendaban el aire del mar a los pacientes que padecían problemas psicológicos además de respiratorios. Las propiedades curativas del agua son importantes, especialmente para un habitante de una ciudad moderna.

Según un artículo reciente de Condé Nast Traveler, la gente está pagando mucho dinero para estar más cerca del mar. Construyen casas al lado, pagan más por una habitación de hotel con “vistas al mar”.

Estudios recientes, como los encargados por el proyecto británico de bienestar Blue Gym, muestran que las personas que viven en la costa o cerca de ella son en general más sanas y felices. En consecuencia, se ha demostrado que el contacto visual con imágenes vegetación natural reduce los niveles de estrés, pero para la persona promedio no hay nada más preferible que fotografías de vistas al mar y un «elemento azul» más amplio. Es esta sensación de calma la que da el agua incluso desde la distancia. Pero incluso el sonido de las ondas (sin contacto visual), según los psicólogos, tiene un efecto beneficioso.

La lluvia, el movimiento del agua en el océano, el chapoteo de las olas sobre la piedra marina, el agua que fluye: sonidos de la naturaleza que nos ayudan a conciliar el sueño más fácilmente.

Según un estudio de la Universidad Northwestern, las personas expuestas a los sonidos de la naturaleza no sólo duermen más profundamente, sino que también se relajan mucho más rápidamente (y con mayor facilidad).

Las montañas son buenas y majestuosas, pero no hay nada mejor que el mar. Después de todo, no olvidemos que nuestro contacto con el agua comienza con la existencia intrauterina en el líquido amniótico.



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