En 2022 se registró un crecimiento de dos dígitos en los flujos de efectivo enviados por los residentes UE a países no pertenecientes a la UE, que incluyen principalmente transferencias personales enviadas por los migrantes a hogares en su país de origen. En particular, su volumen ascendió a 43,5 mil millones de euros, un 14% más que los 38,2 mil millones de euros en 2021.
Las entradas de fondos a la UE ascendieron a 13.500 millones de euros, un 10% más que los 12.400 millones de euros de 2021.
En los últimos años se ha producido un aumento significativo de las salidas de fondos fuera de la UE, especialmente en los últimos cinco años. Desde 2018, las salidas han aumentado un 41%, mientras que las entradas han mostrado un crecimiento más modesto, aumentando solo un 15%. Como resultado, el saldo negativo de la UE frente a países no pertenecientes a la UE aumenta hasta alcanzar los 30.000 millones de euros.
En 2022, en nueve países de la UE, las transferencias privadas operaron con superávit ya que los ingresos superaron a los envíos. Entre estos países, cuatro registraron superávits superiores al 1% de su respectivo producto interior bruto (PIB): Croacia (2,8% del PIB), Bulgaria (1,4%), Portugal (1,4%) y Rumanía (1,3%).
Por el contrario, Chipre (-0,9%), Malta y España (-0,6%) tuvieron los mayores déficits de transferencias personales en comparación con otros países como porcentaje de sus respectivos PIB. El déficit de Grecia fue del 0,5%, ya que las salidas superaron a las entradas.
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