Con una receta para el coronavirus, la comunidad mundial se está preparando para hacer frente a la gripe estacional, que es nada menos que las omnipresentes vacunas de ARNm.
Parece que los farmacéuticos no se están conteniendo a pesar de la publicación de los efectos secundarios adversos de la vacuna de ARNm de COVID-19 por parte de los CDC de EE. UU., que también es el principal instituto nacional de salud pública de EE. UU.
La agencia estadounidense publicó tardíamente el estudio en el Sistema de Informe de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés), que es un programa administrado conjuntamente por los CDC y la FDA. Hay informes alarmantes de muertes y una serie de eventos tromboembólicos, cardíacos, neurológicos, hematológicos e inmunitarios muy graves entre los adultos estadounidenses como resultado de las preparaciones de ARNm.
Pero las grandes compañías farmacéuticas ya se frotan las manos, listas para operar líneas de producción y aumentar sus ingresos para producir nuevas vacunas contra la gripe que serán más… efectivas y podrán prevenir en mayor medida tanto las hospitalizaciones graves como las muertes (en algún lugar ya se escuchan).
Según la revista Science, un equipo de investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU. está desarrollando una nueva vacuna de ARNm de dosis única que aumenta la inmunidad contra 20 subtipos conocidos del virus de la influenza. Ha mostrado resultados alentadores en modelos preclínicos y se espera que pronto se pruebe en humanos. Sin embargo, según científicos griegos, las nuevas vacunas de ninguna manera deberían prevenir la propagación del virus o erradicar la gripe estacional.
La razón por la cual la comunidad científica mundial ha recurrido a la necesidad de una nueva vacuna está directamente relacionada con el bajo nivel de protección que brindan las vacunas contra la influenza estacional existentes.
La prevención del contagio de la gripe estacional, en cuanto a la inmunización de la población, va muy por detrás de la prevención del coronavirus, ya que la eficacia de las vacunas que previenen tanto el contagio como la hospitalización no supera el 50%, mientras que la eficacia de las vacunas que previenen coronavirus en las primeras etapas fue más del 85%, pero los supuestos son completamente diferentes.
“La vacuna es necesaria para proteger a nuestros seres queridos ya nosotros mismos, y la vacunación anual contra la gripe es obligatoria”, opina la gran mayoría de los científicos.
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