La historia en la que no sabes si reír o llorar se desarrolla en un restaurante de la isla de Lesbos. El dueño del restaurante añadió 1 euro a la cuenta «por el café que se quemó para ahuyentar las avispas»…
La pareja vino al restaurante a comer. Resultó que las avispas revoloteaban cerca de su mesa y le preguntaron al mesero si podían hacer algo o, en casos extremos, si podían cambiar de mesa si no se podía hacer nada con las avispas. La niña respondió: «Traeré café, lo quemaré» (existe la creencia de que el olor a café quemado ahuyenta a las avispas).
A la hora de pagar, se sorprendieron al ver que les cobraban 1 euro extra por el café, y en realidad nadie tomaba café, solo comida y bebida.
De hecho, como dijo un testigo de lo sucedido al aire del canal SKAI TV en el programa «Δεκατιανοί» (Diezmo), el cheque lo trajo el dueño de la tienda, no la camarera. El hombre pagó, no discutió, pero, al irse, le dijo al dueño de la tienda: «Esto no es todo el dinero». Por supuesto, no recibió respuesta.
Cuando el estudio le preguntó si había un espresso, respondió que, afortunadamente, no, porque «habría pagado 5 euros»…
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