El ladrón de 22 años quería vivir la vida que soñaba, pero con… el dinero de otras personas.
En concreto, un joven albanés entró en la casa de una mujer, residente en Oropos, por la puerta de un balcón, tras enterarse de que en su interior había varios miles de euros. El hombre encontró una bolsa de dinero que contenía un total de 35.000 euros. Habiendo tomado posesión de «presa fácil» y para no despertar sospechas, fue al bosque más cercano y enterró la bolsa debajo de los materiales de construcción.
Por la cantidad que se dejó, unos 12.000 euros, compró «toda clase de cositas bonitas». En particular, compró un automóvil por 7000 euros y otras cosas, jugó un poco y depositó 2000 euros en su cuenta bancaria.
Sin embargo, no tuvo tiempo de seguir «disfrutando de la vida» porque la policía, después de haber identificado al ladrón a partir de las imágenes de las cámaras de vigilancia, lo localizó y lo arrestó. El perpetrador se vio obligado a mostrarles dónde escondió el dinero robado.
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