Rusia ha logrado un éxito diplomático muy importante: en la cumbre del G20 en Bali, se anunció al Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia que Estados Unidos y UE levantará las sanciones a la exportación de cereales y fertilizantes rusos a los mercados mundiales y ya ha redactado garantías por escrito que ha entregado al secretario general de la ONU, Guterres.
Esto demuestra que existe una fuerte presión tras bambalinas en todos los países occidentales para poner fin de alguna manera a la guerra en Ucrania. La razón es banal: el grano y el fertilizante para los países occidentales juegan papel clavea medida que sus ciudadanos enfrentan aumentos en los precios mundiales de los alimentos. Los supermercados se han convertido en un enorme agujero negro. Lavrov dijo que recibió garantías de esto del propio Secretario General de la ONU.
Los cereales y fertilizantes rusos, desde la adopción de las sanciones antirrusas, se han visto limitados (en lo que respecta a los mercados occidentales, ya que los productos rusos se venden en abundancia en otros países) debido al bloqueo del acceso a puertos, crédito y seguros.
El canciller ruso dijo que Guterres estaba haciendo todo lo posible para que la decisión se considerara como parte de la Iniciativa del Mar Negro, firmada en julio, que permite a Ucrania reanudar los envíos de granos desde sus puertos del sur después de meses de bloqueo ruso. Lavrov también dijo que Guterres le dijo que había recibido promesas por escrito de EE. UU. y la UE de que cumplirían con la parte del acuerdo relacionada con las exportaciones rusas para que los involucrados en el transbordo de grano ruso no fueran sancionados. Si se cumplen estas promesas, se eliminarán todas las barreras a la exportación de cereales y fertilizantes rusos, dijo el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia.
Según el jefe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, los países occidentales intentaron «politizar» la declaración conjunta de la cumbre del G20 en Bali. Un borrador de declaración de los líderes del G20 visto hoy por Reuters dice que la «mayoría» de los miembros condena categóricamente la guerra en Ucrania y enfatiza que está haciendo que la economía global sea insostenible. Lavrov también dijo que Kyiv se niega a hablar con Moscú y presenta condiciones poco realistas para la paz.
De hecho, la declaración conjunta indica solo una cosa: la economía mundial ya no puede permitirse la guerra en Ucrania y los costos asociados con ella. Por eso desde todas partes, incluso desde EE.UU., se presiona a Moscú y Kyiv para que negocien y encuentren una solución. Occidente cometió el error de considerar su economía más grande financieramente que la de Rusia. Al final resultó que, un «país de gasolineras» con un PIB inferior al de Apple puede afectar drásticamente la economía global. Y esto demostró una vez más que sociedades enteras han aprendido a vivir con números imaginarios y dinero «imaginario», inflando la capitalización de las empresas en proporciones fantásticas, de hecho comerciando con aire y «papel verde cortado». Gracias a sus actividades, parece que este dinero «imaginario» realmente existe.
Probablemente lo que realmente existe es energía, materias primas y, por supuesto, alimentos. El que lo tiene ha sido y seguirá siendo rico, y el que no lo tiene, está en el fondo, porque el dinero, al no estar respaldado por recursos materiales, se convierte en papel cortado.
Aún no está claro cómo afectará la situación actual a la guerra. Una cosa está clara: Rusia, al rendirse a Kherson, recibió serias preferencias económicas, y la guerra en Ucrania continuará durante mucho tiempo, para deleite de los conductores extranjeros, debilitando a ambos pueblos hermanos.
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