La demanda de préstamos hipotecarios ha ido en aumento desde principios de 2022 ya que, después de una larga pausa en años anteriores, los hogares luchan por satisfacer sus necesidades de vivienda mientras aseguran las bajas tasas de interés fijas a largo plazo que están vigentes en la actualidad.
Invertir en bienes raíces no es solo una tradición griega, sino también un refugio seguro durante los períodos de alta inflación, cuando las tasas de interés de los depósitos se mantienen cercanas a cero y consumen los ingresos disponibles. Esta es la razón por la que los hogares recurren al mercado inmobiliario para comprar o invertir en un intento de proteger sus ahorros a largo plazo.
Según Kathimerini, la demanda de créditos para la vivienda, en términos de nuevas solicitudes, se mantuvo en julio en el nivel alto de los seis meses anteriores, registrando un aumento del 8,3%. Las solicitudes de hipoteca aumentaron a 3.900 desde las 3.600 de julio de 2021, tras el crecimiento de la demanda registrado en la primera mitad del año, cuando las solicitudes de nuevos préstamos también aumentaron un 8,3%, desde las 24.000 del mismo período del año pasado hasta las 26.000.
El volumen de nuevos préstamos para vivienda emitidos por los bancos en julio ascendió a 95 millones de euros desde los 88 millones de euros del mismo mes del año anterior, registrando un aumento del 7,9% y elevando el volumen de nuevos pagos en siete meses a 645 millones de euros desde 438 millones euros en enero-julio de 2021.
Los nuevos desembolsos aumentaron hasta los 130 millones de euros en junio, ya que los bancos se apresuraron a aprobar las solicitudes recibidas en meses anteriores antes del anuncio de los resultados del segundo trimestre y la necesidad de mejorar el rendimiento de los nuevos préstamos, que es su principal competencia después de que se han reducido los NPL. En concreto, los pagos de los primeros seis meses de este año se dispararon hasta los 550 millones de euros, registrando un incremento del 57,1%.
La alta demanda de hipotecas, según fuentes bancarias, se debió a que la subida de los tipos de interés oficiales del BCE aún no se ha reflejado en la emisión de nuevos préstamos, que están dominados por los aún bajos tipos de interés que ofrecen los bancos.
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