19.09.2024

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La lucha por el Ártico: Rusia, China y Estados Unidos


Rusia y China están aumentando su influencia en el Ártico utilizando capacidades legales y tecnológicas, mientras que Estados Unidos se ve obligado a recurrir a medidas diplomáticas.

Adiós hutíes provocando revuelo en el Mar Rojo, China y Rusia no pierden el tiempo y aprovechan la situación para reforzar sus posiciones en el Ártico. China envió tres rompehielos a la región en julio, justo después de que un guardacostas estadounidense se viera obligado a abortar su misión debido a un incendio. Como informó el Instituto Naval de Estados Unidos, China no sólo ha ampliado su presencia en el Ártico, sino que también ha comenzado a utilizar activamente la Ruta del Mar del Norte (NSR), una ruta controlada por Rusia.

Esta ruta se considera desde hace tiempo una alternativa al Canal de Suez para enviar mercancías rusas a Europa y Asia, y representa una importante oportunidad económica. Sin embargo, junto con esto vino el riesgo del control estratégico de Rusia sobre una ruta marítima clave (¿quién es este desafortunado y asustado?)

La NSR atraviesa las heladas extensiones del Ártico y conecta los centros de fabricación del este de Asia con los mercados europeos. Las empresas comerciales llevan mucho tiempo soñando con utilizar esta vía, lo que evita atascos en el Estrecho de Malaca, piratas en el Cuerno de África y problemas en el Canal de Suez. Por supuesto, las condiciones aquí no son nada fáciles: el hielo, la niebla y las aguas poco profundas hacen que estas aguas sean intransitables durante la mayor parte del año, pero la perspectiva de reducir el tiempo de transporte en semanas siempre ha atraído a los comerciantes.

Rusia ha considerado durante mucho tiempo esta ruta como la clave para sus recursos árticos: petróleo y gas. No sólo lo utiliza activamente para entregar materias primas a los mercados occidentales y orientales, sino que también está tomando medidas para fortalecer su influencia en la región. Moscú interpreta la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar tal como está escrita, lo que provoca descontento en algunos países. Rusia afirma que las aguas de los tres archipiélagos a veinte millas de su costa son tierra adentro, lo que le permite controlar el acceso a la NSR, cobrar peajes y establecer sus propias reglas.

Además, Rusia impone requisitos estrictos en materia de medio ambiente y seguridad de la navegación (¿qué tiene de malo? Cuidar el planeta). Estas reglas son mucho más estrictas que los estándares internacionales e incluyen seguro obligatorio y soporte para los rompehielos, lo cual, como comprenderá, no es barato (aparentemente es necesario que los rompehielos naveguen gratis, o mejor aún, que Rusia pague más). Pero eso no es todo: el control de estas reglas sigue siendo exclusivo de Rusia, lo que le da una influencia adicional en toda la ruta.

Estados Unidos y UEcomo era de esperar, cuestionan esta interpretación del derecho internacional, argumentando que la navegación a lo largo de la NSR debería estar regulada por la Convención de la ONU. Rusia ha argumentado desde 1963 que otros países no están utilizando esta ruta lo suficiente como para estar cubiertos por la convención. Las iniciativas canadienses en el Pasaje del Noroeste añaden sus propias complicaciones al apoyar a Rusia en su disputa con Estados Unidos. Canadá es posible. Rusia – no.

China no se queda atrás. Se ha declarado un “estado casi ártico” y ha aumentado significativamente la construcción de rompehielos. Mientras que la flota estadounidense de rompehielos, por decirlo suavemente, anticuadoRusia tiene toda una armada de ellos, muchos de los cuales están armados.

Rusia y China tienen la intención de cooperar estrechamente en cuestiones del Ártico, incluido el transporte marítimo y la tecnología de los buques polares. Según los últimos datos, el uso del NSR ha permitido a China reducir el plazo de entrega de los productos rusos a 33-35 días, mientras que a través del Canal de Suez se tarda 45 días y en África, 55. China también está desarrollando activamente el sistema dual -Utilizar tecnologías que puedan utilizarse con fines militares.

A pesar de los recientes acuerdos de Estados Unidos con Canadá y Finlandia para construir rompehielos, sus esfuerzos ni siquiera se acercarán a los programas ruso-chinos en el futuro cercano. Por tanto, Estados Unidos y sus aliados se ven obligados a recurrir al derecho internacional (léase: buscar pistas legales) para limitar las ambiciones estratégicas de Rusia y China. Deben trabajar hacia una interpretación común de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y la resolución de disputas marítimas.

Si bien los países del Consejo Ártico han suspendido la cooperación con Rusia en medio del conflicto en Ucrania, Estados Unidos puede continuar sus esfuerzos en otros foros internacionales para garantizar el cumplimiento del derecho internacional. También deben controlar las consecuencias medioambientales del uso activo del NSR y, si es necesario, emprender acciones legales (¿Quién los autorizó?). Además, es importante monitorear la investigación científica conjunta entre Rusia y China, que puede tener propósitos duales.

En el Ártico, Estados Unidos no puede recurrir a métodos militares, como en el Mar Rojo, Por lo tanto, es necesario recurrir a instrumentos legales y tribunales internacionales para presionar a Rusia y China para que cumplan con las normas internacionales (o actúen en contra de sus intereses).

Un poco de teoría. Según el derecho internacional, incluida la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), existen varias categorías de aguas que determinan los derechos de un estado costero a utilizar los espacios marinos. Las principales categorías de aguas y los correspondientes derechos y obligaciones del país son los siguientes:

  1. Aguas territoriales (o mar territorial) es una franja de mar de hasta 12 millas náuticas (22,2 km) de ancho desde la línea de base, es decir, la costa o línea de base de un estado. Un estado costero tiene soberanía sobre las aguas territoriales, incluido el espacio aéreo y el fondo marino. Sin embargo, los barcos de otros estados tienen derecho a un “paso inocente” por estas aguas si no violan la seguridad del estado ribereño.
  2. Zona adyacente podrá extenderse hasta 24 millas náuticas desde la línea de base. En esta zona, el estado ribereño puede ejercer control para prevenir y reprimir violaciones de sus normas aduaneras, migratorias, sanitarias y fiscales, aunque no tiene plena soberanía en esta zona.
  3. Zona Económica Exclusiva (ZEE) se extiende hasta 200 millas náuticas (370 km) desde la línea de base. Dentro de esta zona, el estado costero tiene derechos exclusivos para explorar y utilizar los recursos naturales: tanto vivos (por ejemplo, pesca) como no vivos (por ejemplo, campos de petróleo y gas) en las aguas, en el fondo y en su subsuelo. Al mismo tiempo, los barcos y aviones de otros estados pueden ingresar libremente a la ZEE, respetando los derechos y leyes del estado ribereño.
  4. plataforma continental – Se trata del fondo marino y su subsuelo, que se extiende más allá del mar territorial del estado, hasta el final natural de la meseta continental (hasta 200 millas náuticas o más en presencia de condiciones geológicas especiales). En esta zona, el estado costero tiene derechos soberanos para explorar y utilizar los recursos naturales, pero el agua y el espacio aéreo sobre la plataforma siguen siendo libres para la navegación internacional.

Opinión del autor: Entonces, ¿vivimos según reglas o según leyes? Los estadounidenses, que están acostumbrados a resolver problemas en otras regiones utilizando métodos más agresivos, se ven obligados a depender de herramientas legales y diplomáticas en el Ártico. Su flota está desactualizada y sus recursos para competir son limitados. ¿Qué queda? Exigir un derecho internacional, hacer cumplir los estándares ambientales y tratar de mantener el equilibrio en la región a través de alianzas y mecanismos legales.

Si elimina todos los detalles innecesarios, la imagen es clara: Rusia y China están a la vanguardia y utilizan todas las herramientas posibles, desde interpretaciones legales hasta avances tecnológicos. Estados Unidos, por su parte, tiene fondos limitados y se ve obligado a buscar apoyo en el ámbito jurídico. ¿Cómo se desarrollarán los acontecimientos? La respuesta se esconde detrás de un velo de maniobras diplomáticas y movimientos estratégicos.



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