Los chinos alquilaron la deseada propiedad a través de Airbnb y abandonaron el apartamento, dejando una deuda fabulosa.
El propietario se enteró de esto unos días después, cuando llegó la factura del teléfono. Hasta ahora nada había hecho sospechar al propietario que algo andaba mal. El inquilino conectó un teléfono fijo al enrutador de su casa e hizo llamadas ilegales a China durante una semana, dejando la factura al desprevenido propietario. Esto se supo cuando los chinos ya habían “hecho sus piernas”.
El incidente no es único en el país. Turistas de Japón. China, Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos, etc. llegan a Grecia con teléfonos fijos en sus maletas. Van a la habitación de Airbnb de su elección, conectan el dispositivo telefónico a través de un divisor o directamente al enrutador y comienzan a llamar al extranjero mediante un teléfono fijo.
Y todo ello sin conocer a los propietarios ni las condiciones de los alquileres de corta duración. Las facturas que dejan a los propietarios dependen de la duración de la estancia y pueden empezar desde unos pocos cientos hasta varios miles de euros.
More Stories
Sólo de milagro logramos evitar un escándalo en la boda.
Niños y gadgets: cómo el uso excesivo afecta las habilidades lingüísticas
¿Qué significa la iluminación de la “cinta dorada” en el Parlamento griego?