19.09.2024

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Células zombis que provocan el envejecimiento: los científicos buscan una forma de destruirlas


Los científicos están buscando respuestas sobre cómo combatir las células senescentes, que pueden afectar el funcionamiento del cerebro y del sistema inmunológico y cuyo número aumenta con la edad.

El cuerpo humano contiene las llamadas células zombies, que también se denominan células senescentes. Ya no se dividen ni realizan sus funciones, pero no mueren y pueden dañar a sus “hermanos” sanos. Los científicos creen que estas células ralentizan la función cerebral y debilitan el sistema inmunológico, y su número, informes revista científica Nature, aumenta con la edad.

Durante la última década, los investigadores han intentado erradicarlos utilizando diversos fármacos. En 2015, científicos de la Clínica Mayo de EE. UU. descubrieron que una combinación de dos compuestos, dasatinina y quercetina, destruía estas células en ratones viejos. El tratamiento hizo que los animales fueran menos vulnerables, rejuveneció sus corazones y aumentó su resistencia. Un descubrimiento importante dio origen a un nuevo campo de la medicina llamado senolíticos.

Un impulso adicional proviene de resultados recientes de estudios en animales y ensayos clínicos en humanos. Los científicos están probando medicamentos nuevos y existentes que pueden tener propiedades senolíticas que ayudan a eliminar las células zombis del cuerpo. Pueden ayudar a combatir enfermedades relacionadas con la edad, como la enfermedad de Alzheimer y las enfermedades crónicas de los pulmones y los riñones. Anirvan Ghosh, director ejecutivo de Unity Biotechnology, la empresa que desarrolla estos medicamentos, dice:

«Estoy seguro de que los senolíticos tendrán un impacto en el tratamiento. La única pregunta es qué fármaco será el primero en aprobarse».

Los científicos han creado un fármaco llamado foselutoclax, que bloquea la acción de una proteína antimuerte en las células senescentes. Cuando lo inyectaron en los ojos de ratones diabéticos, destruyó las células zombis pero no dañó a las sanas. El fármaco redujo la permeabilidad de los vasos sanguíneos de la retina de los ratones en un 50% y los animales de experimentación empezaron a afrontar mejor las pruebas de visión.

El siguiente paso fue un ensayo en humanos. En el estudio de fase 2, los investigadores administraron una única inyección del fármaco en los ojos de 30 personas. Después de once meses, quienes recibieron los medicamentos pudieron leer un promedio de 5,6 letras más en la tabla optométrica en comparación con quienes recibieron el placebo. Unas semanas más tarde, uno de los participantes del ensayo llamó a Gaucher y le dijo que el tratamiento le había hecho la vida mucho más fácil. Otro notó una rápida mejora en la visión del color: la capacidad de percibir y diferenciar entre diferentes colores. El equipo planea publicar los resultados a finales de este año, pero mientras tanto está realizando otra prueba.

Algunos científicos están utilizando células T CAR inmunes modificadas genéticamente. Pueden atacar y matar células específicas del cuerpo y están aprobados para tratar varios tipos de cáncer.

Sin embargo, se necesita más investigación para evaluar la seguridad de esta terapia, dijo la bióloga Corina Amor del Laboratorio Cold Spring Harbor en Nueva York. Según ella, sería bueno tener una palanca de retroalimentación para que estas células puedan regular su influencia y, si es necesario, nivelarla si algo sale mal.

Otros equipos de investigadores utilizan la terapia genética para destruir las células senescentes. Los científicos empaquetan el gen que codifica la proteína mortal en cápsulas de grasa recubiertas con proteínas derivadas de virus. Entregan el gen a células de los pulmones, corazones, hígados, bazos y riñones de ratones y monos.

Todos estos enfoques enfrentan desafíos porque existen muchos tipos de células senescentes. Los investigadores apenas están comenzando a descubrir cuántos hay y cuáles son sus características distintivas.



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