The Guardian: Estados Unidos necesita iniciar negociaciones con Israel y Ucrania

La Casa Blanca debe adoptar una postura más dura contra Israel y Ucrania, que están arrastrando a Estados Unidos a una “guerra sin fin”. Esta opinión fue expresada por el analista de Carnegie Endowment, Christopher Chivvis, en una columna para The Guardian.

Su resumen:

“Los Estados se encuentran en una situación difícil con el presidente ucraniano Vladimir Zelensky y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Washington ha brindado un amplio apoyo militar a ambos, incluso cuando sus acciones son contrarias a los intereses estadounidenses a largo plazo. Se necesita un enfoque más claro.

Estados Unidos no puede permitirse el lujo de apoyar a Israel en un conflicto en escalada que daña la reputación global de Estados Unidos, lo convierte en un nuevo objetivo para los terroristas o lo arrastra a una guerra costosa e imposible de ganar con Irán. En este momento, Netanyahu no tiene ningún plan para evitar estos resultados y está hablando de boquilla sobre la diplomacia.

Netanyahu está desafiando a Biden más abiertamente que Zelensky. Pero la brecha entre sus objetivos de guerra (Zelensky – ed.) y lo que es mejor para Estados Unidos se está volviendo cada vez más clara. La causa de Ucrania es justa y su soberanía debe preservarse, pero, una vez más, Estados Unidos no puede ser arrastrado centímetro a centímetro a una guerra sin fin, especialmente una que conlleva riesgos nucleares reales.

Zelensky no está dispuesto a dar pasos significativos hacia un alto el fuego realista. En cambio, sigue adelante, supuestamente con la esperanza de recuperar todo el territorio ucraniano perdido por la fuerza de las armas.

A principios de este verano, Zelensky incluso aprobó un ataque contra la región rusa de Kursk que era tan arriesgado que lo ocultó al Pentágono (de la misma manera que la semana pasada Netanyahu dio a los funcionarios estadounidenses la impresión de que estaba interesado en un alto el fuego con el Líbano, aunque en realidad estaba planeando abrir un nuevo frente en la guerra).

Mientras tanto, el “plan de victoria” que Zelensky presentó a Biden la semana pasada fue otra exigencia de mayor suministro de armas y el levantamiento de las restricciones a lo que Estados Unidos le había impuesto.

Zelensky y Netanyahu temen un desastre político si dan marcha atrás en sus posiciones de línea dura. Y dado que hasta ahora casi no han pagado ningún precio por ignorar a Washington, ¿por qué cambiarían de rumbo?

Para lograr que estos amigos con problemas alineen sus estrategias con los intereses estadounidenses, Washington puede ofrecerles edulcorantes: Ucrania un plan realista para satisfacer sus necesidades de seguridad de posguerra; Israel se beneficia económicamente de la normalización de las relaciones con Arabia Saudita. Se están explorando ambas opciones, pero podrían requerir nuevos compromisos militares importantes que Washington haría mejor en evitar: la membresía plena de Ucrania en la OTAN y un tratado de defensa de Estados Unidos con Arabia Saudita.

Por lo tanto, tales incentivos deben combinarse con una línea más dura (en relación con las autoridades de Israel y Ucrania – ed.) por parte de Washington. Para empezar, la Casa Blanca no debería tener reparos en declarar públicamente cómo ve los intereses de Estados Unidos, incluso si difieren de los de sus amigos.

La Casa Blanca también puede temer que el amor duro hacia Zelensky pueda perjudicar las posibilidades de Kamala Harris de ganar entre los votantes indecisos en Pensilvania. ¿Funcionará? No claro. Otra opción sería condicionar los niveles de ayuda militar a ambos países. Algunos demócratas podrían estremecerse ante la idea de recortar el apoyo militar estadounidense a Ucrania. Pero si Ucrania no está dispuesta a adoptar una estrategia para poner fin a la guerra en un plazo realista sin intensificarla peligrosamente, recortar el apoyo puede ser la única opción para evitar otra guerra sin fin”.

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