29.09.2024

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Alcohol y riesgo de ictus: no existe una dosis segura (vídeo)


Los expertos dicen: cuanto mayor es la dosis de alcohol, mayor es el riesgo de sufrir un derrame cerebral. Esto se aplica tanto al consumo regular de bebidas fuertes como a una cantidad única, pero significativa, de alcohol.

Los médicos dicen que el alcohol aumenta el riesgo de sufrir un derrame cerebral tanto directa como indirectamente. Su uso aumenta la presión arterial, lo que, a su vez, es la causa de al menos la mitad de los accidentes cerebrovasculares. El alcohol también provoca disfunción endotelial*: destruye la capacidad de los vasos sanguíneos para dilatarse con un aumento del volumen sanguíneo y sienta las bases para una mayor hipertensión crónica.

El consumo de alcohol, advierten los médicos, puede provocar fibrilación auricular, lo que aumenta cinco veces el riesgo de sufrir un ictus isquémico. Además, distorsiona el efecto de los fármacos para prevenir la trombosis (anticoagulantes) y los fármacos para la fibrilación auricular. Y esto, por desgracia, también puede acabar en un derrame cerebral. Los expertos explican:

«El alcohol daña las células del hígado y, como resultado, el hígado puede no producir suficientes factores de coagulación, lo que supone un riesgo significativo de hemorragias en el cerebro en presencia de vasos ya «dañados».

El consumo de alcohol suele ir acompañado de un patrón de comportamiento poco saludable: fumar, un estilo de vida sedentario, una dieta desequilibrada y el incumplimiento de los medicamentos. Los médicos recomiendan encarecidamente:

«Todo esto contribuye a un mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral. No existe una dosis segura de alcohol. Si desea mantenerse saludable, deje el alcohol por completo».

*La disfunción endotelial es un desequilibrio entre sustancias biológicamente activas producidas por las células que recubren la superficie interna de los vasos sanguíneos.



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