La madre de un adolescente que abrió fuego en una escuela de Michigan, matando a cuatro compañeros e hiriendo a siete personas, podría ser condenada a quince años de prisión.
Por primera vez en Estados Unidos se juzga a la madre de un asesino: Jennifer Crumbley, de 45 años, ha sido acusada de homicidio involuntario. El incidente ocurrió en 2021 en Oxford High School, escribe Fuerza Aerea. Un jurado la declaró culpable del tiroteo masivo de su hijo y será sentenciada el 9 de abril.
El 30 de noviembre de 2021, Ethan Crumbley, de 15 años, abrió fuego en una escuela de Oxford, matando a cuatro estudiantes e hiriendo a otros siete: seis estudiantes y un profesor. El año pasado fue condenado a cadena perpetua sin libertad condicional. No testificó contra su madre.
Durante el juicio, la fiscalía argumentó que Jennifer Crumbley era responsable de las muertes causadas por su hijo al ser “gravemente negligente” al darle un arma al adolescente y no brindarle el tratamiento psiquiátrico adecuado.
Los fiscales presentaron pruebas de que Ethan Crumbley buscó ayuda psiquiátrica: se quejaba de alucinaciones y veía “diablos” y “fantasmas” en la casa. Sin embargo, sus padres ignoraron sus quejas y no buscaron ayuda médica. Jennifer Crumbley negó que su hijo tuviera algún problema.
La mañana antes del tiroteo en la escuela, se celebró una reunión entre la administración de la escuela y los padres de Ethan; el motivo fue que había dibujado una pistola y un hombre sangrando. Pero los padres interrumpieron la reunión para ir a trabajar y se negaron a llevarse a su hijo a casa. Después de esto, la administración de la escuela envió a Ethan a clase sin revisar su mochila, y había un arma en ella. Unas horas más tarde, el adolescente abrió fuego…
Como resultó más tarde, el arma en sí era un «regalo de Navidad» para Ethan. Y tres días antes de la masacre, él y su madre visitaron un campo de tiro donde el chico aprendió a usar un arma.
La defensa de Jennifer, por su parte, argumentó que la culpa es de otros. En concreto, su marido, que no guardaba correctamente su arma, y el colegio, que no le informó de los problemas de conducta de su hijo. El propio Ethan también fue acusado de planificar y llevar a cabo el ataque con sus propias manos.
James Crumbley, el padre de Ethan, tampoco quedará impune: se enfrentará a un juicio separado por los mismos cargos. Se declara inocente.
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