Filete por el precio de… caviar negro

Las deliciosas hamburguesas y los jugosos bistecs pronto se convertirán en los favoritos, ya que sus precios, que ya están cerca de niveles récord, subirán aún más.

El culpable, según un informe del Wall Street Journal, es población de ganado en rápido declive. Tras el “golpe” de la sequía de los últimos años, que encareció la cría de animales, así como las perturbaciones en la economía mundial -gracias a la pandemia- con aumento del costo de vida los criadores se ven obligados a deshacerse de su ganado, lo que lleva el número de cabezas de ganado en los EE. UU. a su nivel más bajo en casi una década. La producción de carne de res de EE. UU. caerá en más de 2 mil millones de libras en 2024, la mayor caída anual desde 1979, según el USDA.

Con el aumento de los costos de casi todos los aspectos de la cría de ganado, los ganaderos dicen que no tienen motivos para reiniciar la producción después de haber enviado sus rebaños al matadero. “Gastamos $1 millón para ganar $4,000”, dijo Ryan Stromberger, un ganadero del suroeste de Nebraska.

Con menos carne disponible, los consumidores no deberían esperar menos valor todavía. Los precios de la carne molida han aumentado más de un 20 % desde 2020 y podrían alcanzar niveles récord este verano, durante la temporada alta de barbacoas.

Los precios parecen estar «probando» el apetito de Estados Unidos por la carne de res, que ha seguido aumentando en los últimos años a pesar de años de debate sobre la salud, la atención al impacto de la cría de ganado en el clima y una mayor disponibilidad de proteínas de origen vegetal, dijeron los ejecutivos de las tiendas de comestibles. “No hay duda de que a medida que sube el precio de la carne (cuando los consumidores están acostumbrados a comprarla a un precio determinado), la gente cambiará sus hábitos”, dijo el CEO de Kroger, Rodney McMullen. Añadió que cuando los filetes empiezan a alcanzar cierto precio, pueden convertirse en un artículo de lujo.

El ganadero cría terneros y los vende. En los corrales de engorde, el ganado se vende a empresas procesadoras de carne, quienes sacrifican a los animales y venden la carne a empresas de alimentos, minoristas o restaurantes. Una falla en una parte de la cadena de suministro puede afectar a todo el sistema.

A principios de 2020, las plantas empacadoras de carne cerraron temporalmente sus fábricas durante la pandemia de Covid-19. La producción diaria de la instalación se ha reducido temporalmente hasta en un 45%, según el USDA. Durante el año siguiente, los procesadores de carne informaron que tenían problemas para contratar suficientes trabajadores para mantener sus fábricas funcionando a plena capacidad.

Los ganaderos criaban ganado, pero esto aumentaba el costo. Cuando pudieron enviar su ganado al procesamiento de carne, recibieron menos por los animales debido a su exceso de oferta. Al final de la cadena, los precios de la carne de res subieron a niveles récord ya que los procesadores no podían proporcionar suficiente producto final.

El año pasado se recuperó la oferta de productos cárnicos (carne vacuna), ya que el problema de escasez de mano de obra comenzó a estabilizarse en la industria. Las plantas empacadoras de carne ofrecieron a los trabajadores salarios más altos y otros beneficios, automatizando cada vez más el proceso de producción.

Los precios del ganado aumentaron para los ganaderos, pero para entonces la inflación había hecho subir el precio del combustible, los piensos y los equipos. La severa sequía en muchos estados clave de pastoreo como Nebraska, Oklahoma y Texas ha elevado los costos.

A medida que aumentan los costos agrícolas, algunos ganaderos optan por reducir el ganado. Esta es una gran apuesta, porque cuando se invierte el panorama, la recuperación es lenta: se necesitan de 18 a 22 meses para que el ganado alcance el peso requerido.

Se espera que la producción de carne de res disminuya en más del 5% con respecto al año pasado, la primera disminución anual desde 2015, según un pronóstico del USDA.

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