El valor de la lira turca cayó a un mínimo histórico dos días antes de la decisiva segunda vuelta de las elecciones presidenciales del país vecino.
Mientras los inversores temen la posible reelección de Recep Tayyip Erdogan tras su improbable victoria en las primarias del 15 de mayo, aumenta la presión sobre Turquía y sus activos financieros. Por lo tanto, la lira caerá inevitablemente al umbral psicológico de 20 por dólar, que es un mínimo histórico. Frente al euro, mientras tanto, la lira retrocede a 21,5. Es decir, muy cerca del mínimo histórico de 21,6 por euro.
La principal preocupación de los inversores es la política monetaria poco ortodoxa de Turquía, que ha mantenido los tipos de interés en niveles excesivamente bajos sin preocuparse por la inflación desenfrenada, que llegó a alcanzar el 80 %.
De acuerdo con la teoría económica imperante, un aumento en las tasas de interés es necesario para contrarrestar la apreciación, como en el resto del mundo. Sin embargo, Erdogan, no queriendo sofocar el crecimiento, optó por… ignorar la inflación y sus dramáticas consecuencias al mantener las tasas de interés reales negativas. No es casualidad que en 2023 la lira caiga al menos un 20%, continuando con las grandes pérdidas de los últimos años.
Por su parte, el líder de la oposición, Kemal Kilicdaroglu, prometió restaurar la confianza inversora de Turquía fortaleciendo la independencia del banco central y devolviendo al país a una política monetaria ortodoxa.
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