Un informe de Amnistía Internacional y la Fundación de Investigación Omega titulado «Mi ojo explotó» señala que las balas de goma y otros tipos de los llamados «cartuchos no letales» se utilizan cada vez más para dispersar a los manifestantes. Esto conduce a numerosas lesiones y, a veces, incluso a la muerte.
Informe basado en un estudio de 5 años realizado en más de treinta países. Sus autores hacen un llamado a la comunidad mundial para que controle más estrictamente la circulación y producción de tales equipos especiales. Patrick Wilken, experto militar, de seguridad y policial de Amnistía Internacional, ha declarado:
«Creemos que existe una necesidad urgente de una regulación legalmente vinculante de la producción y comercialización de estas armas menos letales, especialmente las ‘cargas de ataque cinético’.
Los autores del informe también llaman la atención sobre el hecho de que, como resultado del uso «indiscriminado» y «desproporcionado» de la fuerza, miles de manifestantes y transeúntes resultaron mutilados y decenas más fueron asesinados. Entre las lesiones más comunes están las fracturas, ruptura del globo ocular, daño a órganos internos.
En el apogeo de las protestas de los «chalecos amarillos» en Francia, unas dos mil quinientas personas resultaron heridas. En Chile se han registrado 440 lesiones oculares desde que comenzaron las protestas en octubre de 2019. Sin embargo, Amnistía Internacional sostiene que es probable que las cifras reales sean mucho más altas.
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