Está en curso una investigación sobre el accidente de tren de Tempi en el que murieron 57 personas. El viernes, los medios informaron sobre tres nuevos sospechosos que han aparecido en el caso.
Según la publicación griega Kathimerini, que hace referencia a fuentes de los organismos encargados de hacer cumplir la ley, la fiscalía encontró «circunstancias agravantes contra tres trabajadores ferroviarios directamente involucrados en el trágico incidente».
El primero de ellos fue un inspector de tráfico de trenes en la región de Larissa, quien colocó en el turno de noche al inexperto jefe de estación Vasilis Samaras, que había estado en este puesto solo cinco días. Fue él quien se apresuró a tomar una licencia por enfermedad en un momento en que había una operación desesperada para rescatar a las personas del tren destrozado. Más temprano, fue arrestado Samaras, de 59 años, quien envió un tren de pasajeros en la dirección opuesta, lo que provocó una colisión frontal de dos trenes a alta velocidad, fue arrestado.
El número de nuevos sospechosos, además del inspector, incluía a dos empleados de la misma estación, a quienes se les exigió estar de turno hasta las 23:00 horas. Sin embargo, durante el interrogatorio resultó que ambos se habían ido antes. No juntos y en diferentes horarios, sino hasta las 23:00, dejando a Samaras, que no tenía la suficiente experiencia, para gestionar solo el movimiento de trenes, habiendo cometido muchos errores.
Tres nuevos acusados ya han sido acusados de violar las normas de seguridad vial en circunstancias agravadas. Un delito penal con esta redacción se castiga con pena de prisión de diez años a cadena perpetua. Asimismo, se iniciaron procesos penales en su contra bajo los artículos de causar la muerte por negligencia (según el número de víctimas de la tragedia) y causar lesiones corporales con la misma calificación penal.
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