En la madrugada del domingo 26 de febrero, un bote de madera que transportaba migrantes se estrelló contra las rocas en la costa sur de Italia. Al menos 58 personas, incluidos varios niños, murieron.
Después de un naufragio, los cuerpos de 27 refugiados fueron encontrados en una playa en la costa este de la región italiana de Calabria. informa REUTERS, citando a la vocera del gobierno provincial Manuela Currana. La tragedia ocurrió cerca del balneario de Steccato di Cutro, informa Ansa. La policía aduanera italiana informó del arresto de uno de los sobrevivientes por cargos de trata de personas.
El bote de madera se estrelló contra las rocas debido a las condiciones climáticas adversas. El alcalde de Cutro, Antonio Cheraso, dijo que la embarcación literalmente «se desmoronó» y los restos fueron encontrados a 300 metros de la costa. Los niños están entre los muertos, dijo.
Manuela Currana señaló que el barco salió de la Izmir turca hace tres o cuatro días y, según testigos, podría haber entre 140 y 150 personas a bordo. Según ella, los sobrevivientes son en su mayoría nativos de Afganistán, también hay inmigrantes de Pakistán y Somalia. El presidente italiano, Sergio Mattarella, señaló que «muchos de los inmigrantes procedían de Afganistán e Irán, huyendo de las difíciles condiciones de vida».
El primer ministro italiano, Giorgia Meloni, expresó su «profundo dolor» por la tragedia en un comunicado, culpando a los traficantes. Destacó que su gobierno está «comprometido en impedir» la salida de migrantes y exigirá «la máxima cooperación» de los países de donde provienen estas personas y de los países de donde salen en barco.
La política de extrema derecha Georgia Meloni llegó al poder en Italia el año pasado utilizando una fuerte retórica antiinmigrante en su campaña, entre otras cosas. Recientemente, su gobierno, que incluye ministros de derecha y de extrema derecha, aprobó nuevas leyes estrictas que restringen las actividades de las organizaciones humanitarias involucradas en el rescate de migrantes en el mar.
El ministro del Interior de Italia, Matteo Piantedosi, dijo que era necesario poner fin a los viajes marítimos, que dan a los inmigrantes «un espejismo ilusorio de una vida mejor» en Europa, enriquece a los traficantes y provoca tragedias similares.
Italia es uno de los principales países de llegada de inmigrantes que intentan llegar a Europa por mar. La «Ruta del Mediterráneo Central» está considerada como una de las rutas marítimas más peligrosas del mundo. Según el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones, más de 20.000 personas han muerto o desaparecido en el Mediterráneo central desde 2014 mientras intentaban llegar a Europa.
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