19.04.2024

Noticias de Atenas

Noticias en español de Grecia

Cambiar a la iluminación LED «verde» hace más daño que bien a la naturaleza

Los LED consumen mucha menos energía que las lámparas tradicionales, lo que debería reducir las emisiones de efecto invernadero. Pero al mismo tiempo, la iluminación LED amenaza la salud de los residentes y destruye los ecosistemas locales en ciudades y pueblos, según investigadores de la Universidad de Exeter.

Investigadores británicos estudiaron el espectro de la iluminación nocturna en Europa y llegaron a una conclusión decepcionante: la transición de las farolas a los LED no parece justificarse en términos medioambientales. La luz artificial se ha vuelto más azul, lo que está deteriorando la calidad del sueño en los humanos y disminuyendo las poblaciones de insectos nocturnos. Como resultado, el daño acumulativo supera los beneficios del ahorro de energía, ambientalistas escriben en Science Advances.

El alumbrado público con LED blancos se ha introducido activamente en varios países europeos desde 2014, en lugar de las lámparas fluorescentes y de sodio anteriores. Dichos LED producen 200-300 lúmenes de salida de luz por cada vatio de energía utilizada, mientras que las lámparas de sodio producen 100-150 lúmenes por vatio y las lámparas fluorescentes solo 50-100 lúmenes por vatio (lámparas incandescentes: 12-16 lúmenes por vatio). Al mismo tiempo, el recurso de los LED alcanza las 100 mil horas de funcionamiento (generalmente 30-50 mil horas) en comparación con las 16-18 mil horas de las lámparas de sodio y las 10-20 mil horas de las lámparas fluorescentes (una lámpara incandescente puede funcionar durante aproximadamente mil horas).

Gracias a esto, las luces LED son significativamente más baratas de operar, aunque los precios de los propios LED suelen ser más altos que los de las lámparas de descarga de gas. La alta eficiencia energética reduce la necesidad de energía para iluminación y, como resultado, reduce las emisiones de efecto invernadero de las centrales eléctricas. Esto encaja plenamente en el rumbo europeo hacia la energía «verde» y la lucha contra el cambio climático.

Sin embargo, el espectro de luz de los LED blancos se desplaza del amarillo, que es característico del sol y las lámparas de descarga de gas, al azul. La investigación muestra que esto no es muy bueno. La luz azul suprime la producción de melatonina, que es responsable del cambio de sueño y vigilia (ritmo circadiano) en humanos y animales, escribió Naked Science sobre esto. Además, los LED atraen fuertemente a los insectos, evitando que busquen comida y compañeros de reproducción.

Los ecologistas ofrecen varias formas de resolver este problema. Por ejemplo, puede atenuar las luces por la noche. O cambie el ancho de banda de las lámparas LED para devolver el espectro de emisión a la región amarilla. Las autoridades de algunos municipios británicos hacen esto y, según Darren Evans, esta práctica debería expandirse a otras regiones y países.



Source link