El KKE comentó duramente la declaración de Kyriakos Mitsotakis sobre el escándalo de vigilancia, recordando la sincroasia, que los comunistas han condenado durante mucho tiempo.
El Partido Comunista cita «excusas ridículas sobre ‘errores’ y ‘metida de pata'» y acusa al primer ministro de estar comprometido con «dar forma a una estructura institucional oscura y peligrosa que socava constantemente los derechos y libertades del pueblo griego».
Declaración del KKE:
«El Sr. Mitsotakis está tratando, detrás de ridículas excusas sobre ‘errores’ y ‘meteduras de pata’, de ocultar el aspecto central del escándalo de vigilancia, que es su compromiso absoluto con la construcción de una estructura institucional oscura y peligrosa que socava constantemente los derechos y libertades del pueblo griego.
Esta estructura institucional no sólo no arroja «mucha luz», sino que es precisamente esta estructura la que conduce a una absoluta «oscuridad» en las actividades de los diversos centros, mecanismos y servicios, oficiales y no oficiales, nacionales y extranjeros. Es esta estructura, que utiliza el concepto de «seguridad nacional» como «goma elástica», la que legaliza y facilita la práctica de la interceptación, lo que lleva a un rápido aumento en el número de procesamientos por la abolición del secreto de comunicación. Son estos marcos los que el KKE ha condenado y votado en contra durante muchos años, a diferencia de todos los demás partidos.
Así, además de la necesidad de esclarecer el caso de vigilancia de Nikos Androulakis, así como el caso de «sincroasis» en la sede del Comité Central del KKE -en la medida de lo posible dentro del marco de los procedimientos parlamentarios previstos- hay una necesidad aún mayor, a saber, la abolición de toda esta legislación, directivas UE y acuerdos intergubernamentales que llevaron al actual «pantano».
Por supuesto, ni el gobierno de «Nueva Democracia» con sus propuestas de «garantías», «filtros» y «mejores prácticas europeas», ni ninguno de los partidos que ayudaron a configurar el régimen actual, pueden garantizar esto. Las personas mismas, con sus acciones y opciones políticas, deben defender sus derechos y libertades contra la «legalidad» de la represión, el autoritarismo, la vigilancia, contra la dictadura del propio capital».
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