La población local de Ioannina se sorprendió al saber que el Miércoles Santo, a orillas del pintoresco lago Pamvotida, se encontró el cuerpo de un ruso de 42 años.
El hombre, originario de Rusia, vivía con su esposa de 49 años en Perama y los lugareños lo conocían bastante como una persona modesta, tranquila y sin problemas.
Según información epiruspost.gr, sus huellas se «perdieron» en los últimos dos días (antes del hallazgo del cuerpo). Sin embargo, según su esposa, esto ha sucedido más de una vez. Y ella, sabiendo de la «juerga» de su esposo, lo esperó pacientemente en casa, sin sospechar que no podrían volver a verse.
Según las autoridades locales, por el momento no se sabe cuál fue el verdadero motivo de la muerte de un ruso (si fue muerte por causas patológicas, accidente, asesinato o suicidio). Las fuerzas del orden ordenaron que el cuerpo sea entregado a peritos forenses y ahora esperan su veredicto.
Continúa la investigación y el interrogatorio de posibles testigos.
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