25.04.2024

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Volos: un niño en un orfanato por deudas de luz y agua

En Volos, una madre de 48 años entregó a su hijo de 9 años a un orfanato, ya que en la casa le cortaron la luz y el agua por deudas, y no había dinero ni para comida.

La niña estudió en una escuela especial debido a problemas de salud. En algún momento, la madre, que no tenía trabajo ni medios de subsistencia, se enfrentó a una elección: salvar al niño entregándolo temporalmente a un orfanato, o esperar con él la muerte en una casa fría y sin luz. Ella, según informó gegonota, vino a Πρόνοια:

“Le doy al niño hasta que me pongo de pie. No puedo vivir con eso».

Por decisión de la fiscalía, la niña fue trasladada al Hogar Hogar. Durante los primeros 15 días, lloró sin cesar y solo se calmó después de reunirse con su madre. Ella dice:

“¿Cómo podría un niño vivir sin electricidad, sin agua, sin comida? Después de que su padre muriera hace tres años, se acostó conmigo. Tenía que hacerle saber que la dejaba por su propio bien y que pronto estaríamos juntos de nuevo. Han pasado seis meses desde entonces y el niño permanece en la institución. El padre podría ayudar, pero no quiere. Nunca aprobó a mi esposo y nuestra relación se destruyó. Tiene una nueva vida, y nosotros no encajamos en ella, aunque heredó una gran herencia de su exmujer. Trata a su media hermana de la misma manera. Así que en todas partes vi un callejón sin salida. Un día dije que mi hija no moriría, así que me levanté por la mañana, la besé y fui a Πρόνοια. No puedo vivir con el niño, morirá. No tengo comida, luz, agua. Duele, pero no había solución. Soy madre. Tuve que decidir si moriría a mi lado en la situación que estábamos viviendo, o si sería rescatado lejos de mí”.

Cada 20 días, una madre visita a su hija de 9 años y la acompaña al hospital para una transfusión de sangre. Ella misma todavía vive en un pueblo de Tesalia, con su pariente. La deuda con los servicios públicos es enorme: 10.000 euros en ΔΕΗ y 2.650 euros en ΔΕΥΑΜΒ. No se han realizado pagos desde 2014 y la deuda se ha disparado. La mujer grita:

“Puedo trabajar como costurera en casa y cuidar a mi hijo al mismo tiempo. Puedo hacer cualquier trabajo. Tenemos que vivir y lo único que pido es trabajar”.

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