El 9 de noviembre de 2021, el metropolitano Chrysostomos (Avayanos) de Eleftheroupoli de la Iglesia Ortodoxa Griega envió una circular a los sacerdotes de su diócesis, en la que ordenaba que cada clérigo fuera vacunado contra el covid en el plazo de una semana, según la edición griega. «Vima Orthodoxia»…
El metropolitano Crisóstomo prometió castigar a los sacerdotes que no cumplieran con el decreto sacándolos de los puestos de la iglesia, y advirtió que también castigaría severamente a cualquier clérigo que de alguna manera interfiera con la vacunación de sus feligreses.
“Ya lo consideramos indigno de su sagrada misión, y al mismo tiempo un elemento antisocial e inhumano”, enfatizó el Metropolitano Crisóstomo.
El jerarca pidió a los clérigos que aún no han sido vacunados que «corran inmediatamente a los centros de vacunación y lo hagan» dentro de la próxima semana. De lo contrario, además de una reprimenda, serán despedidos de cargos en la iglesia, tales como: economistas, protopresbíteros, archimandritas. Además, no se les permitirá aceptar confesiones.
En la misma circular, el Metropolitano Chrysostomos exigió acortar y simplificar los servicios: «Divinas liturgias en las iglesias, las Vísperas se simplificarán y acelerarán en duración».
Como explica Su Santidad, debido al hecho de que todos los servicios se llevan a cabo en iglesias con puertas y ventanas abiertas durante la estación fría, «los cristianos con máscaras protectoras no deberían sufrir por mucho tiempo». Según la circular, el servicio de la mañana debe comenzar a las 8 am, la Divina Liturgia a las 9, y su finalización debe ser “obligatoria” a más tardar a las 10 am.
La circular del Metropolitano finaliza con un llamamiento a los sacerdotes para que recen a la Madre de Dios todos los viernes, leyendo el deseo especial que había transmitido para acabar con la pandemia.
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